Adiós Raúl

“Adiós Raúl”

Raúl se fue en Mayo al igual que mi padre hace 25 años… Si yo tuviera que darle un calificativo, diría que fue un sacerdote ejemplar, que compartía desde la profundidad y autenticidad de su alma un amor que exaltaba la fe de aquel que cree y confundía a aquel que espiritualmente elige otro camino…

Raúl fue una persona alegre… en ocasiones suscitaba controversia, en otras rebeldía simplemente porque tenía la valentía y los valores que te obligan a no callar, a hablar con las verdades incómodas…

Simplemente era congruente, nunca fingió ser lo que no era. Jean Claude Genel dice que: “La persona que se convierte en lo que es verdaderamente, que se realiza, es un ser radiante. Los valores son energías de vida que estructura el alma, el ser profundo y terminamos por ser el resultado de un acuerdo perfecto entre la trama humana y la trama espiritual, marcando nuestra trayectoria ascendente al servicio de un continuo renacimiento del ser.” Raúl era indudablemente un hombre de valores e irradiaba una luz y fuerza tan palpable que dejaban huella…

Fue una persona que se comprometía y que en verdad dedicó su vida al servicio de los demás.

Raúl, también sabía cautivar a los niños… a través de sus canciones les daba la alegría de crecer con la convicción de saber que todos y cada uno de nosotros tenemos un amigo que nos ama y que su nombre es Jesús y a muchos adultos, la tranquilidad de vivir con la certeza de que el amor de Dios es maravilloso.

Raúl expresó tener un deseo que consiste en brindarle un templo a la gente de la comunidad de Chiapas, a la que le dedicó estos últimos años. Ojalá algunos de nosotros todavía le ayudemos a cumplirlo.

Cuando algún domingo soleado por la mañana, he estado en el atrio de la Cruz del Pedregal, no puedo evitar el recordar ese espacio sagrado lleno de niños, de flores y risas y de pronto ver salir a Raúl con su acordeón para cantar con todos ellos. En verdad daría lo que fuese por vivir de nuevo con mis hijos, eso que ya no vivieron dos de ellos.

¡Qué difícil es estar tan triste cuando debiese estar feliz! Porque se ha ido un amigo entrañable y sabes que no lo verás más, sin embargo, ¡sabes que él no podría estar en mejor lugar!

¡Raúl Murillo, que bueno por ti, que ya estás donde te corresponde! ¡Dios te bendiga Hermano!

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