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“Todos somos Artistas y tenemos nuestras Musas.

El otro día escuchaba por “zoom” una charla de un querido amigo: “Gerardo Mendive”, en un espacio para hacer un alto en el camino, que él denomina: “Mirar-nos con Ojos Ajenos”.

Gerardo dice sobre ese espacio, que por el contrario de lo que afirma el dicho: “Pasar sin ver”, la invitación va en sentido contrario, es decir, reivindicando no solo el derecho, sino también la necesidad de mantener despierta la capacidad de asombro y, agrega mencionando a Jorge Larrosa, porque: “Muchas son las cosas que pasan y pocas las que nos pasan”.

Me encanta este tipo de espacios, los cuales no son fáciles de encontrar. En éste, a través de un grupo abierto en “zoom”, escuchar a Gerardo, se convierte en un escape, en un paseo, en una clase, en el cual el aprendizaje es extraordinario; es como regalarse a uno mismo un espacio para la reflexión, guiado de un verdadero maestro, que nos trae a la convivencia a través de una narrativa verdaderamente disfrutable, que acompaña de citas, frases y anécdotas a diversos personajes, actuales y del pasado; a los que siempre vale la pena conocer. 

En este bello espacio, de una hora a la semana, el cual disfruto de sobre manera, la narrativa borda alrededor de diversos temas de gran interés. Les menciono algunos de los que hemos escuchado: La felicidad y el éxito; la sexualidad; la pandemia; la corrupción; la vida del actor; entre otros y, con su amena charla termina por ampliar nuestra visión sobre los diferentes temas en los que ahonda.

El tema del día era “Las Musas” y, Gerardo nos narraba diferentes aspectos sobre el artista y su proceso creativo, en medio de la charla lanzó la siguiente pregunta: ¿La creatividad del artista es innata, o se desarrolla?

Como tantas otras cosas en la vida, yo pensé que, no es una u otra, sino ambas. Ya que es innegable que ciertas habilidades se traen inherentes a nuestro ser, sin embargo, también es cierto que las cosas, o las desarrollamos o las inhibimos, pero del trabajo o empeño que pongamos en ellas va a depender una cosa o la otra. 

Más tarde surgió otra pregunta: ¿Qué sería necesario hacer, para apoyar el desarrollo de la creatividad, por ejemplo, en un niño? 

Y entonces pensé que, cuando detectamos una habilidad innata en un niño, habría que ser muy sutil para buscar motivarle de diferentes formas, para convertirnos en un apoyo, facilitando de alguna manera el camino para encontrar su pasión; para lo cual seguramente tendrá cierta destreza y, al descubrir esa pasión, con empeño, trabajo y paciencia, ira desarrollando cada vez mayor y mejor esa creatividad.

En cuanto al proceso creativo del artista, me llamó la atención una analogía que mencionó, refiriéndose a un autor (Stephanne Zweig) que sugiere la similitud que hay entre un artista y algunos criminales, éstos últimos, cuando realizan un acto criminal, lo hacen como estando en un estado de inconsciencia, el cual no podrían explicar y, por el otro lado, el artista al momento de crear, entra en una especie de trance, el cual lo hace de alguna manera no estar consciente de sí, entonces, el artista simplemente crea.

Un factor importante dentro de ese proceso creativo sin duda, desde el tiempo de los griegos, sabemos que son las musas, quienes han tenido gran importancia como fuente de su inspiración. 

Otra de las tantas aristas que mencionó y la cual me tocó y me hizo cavilar es que, todos los seres humanos de alguna manera tenemos la capacidad de hacer de nuestras vidas una obra de arte, transformándonos de alguna manera en artistas, sin importar para que tenemos habilidad y, entonces las posibilidades se vuelven infinitas dada la irrefutable individualidad de los seres humanos. 

También me hizo reflexionar en algo más y, es que existen áreas en las que me atrevería a decir que todos, o al menos la inmensa mayoría de los seres humanos coincidimos, y es la del amor, y así como los artistas, también nosotros tenemos quien sea el motivo de nuestra inspiración, es decir, tenemos nuestras musas.

El amor inspirado por una musa es ponerse a flotar, y lograr ese estado de inspiración. 

Viéndolo así, en mi opinión, las musas son esenciales para la vida, no sólo del artista, sino de todo ser humano, en su tarea como artista de la obra de arte de su vida. 

Sin embargo, la musa se vuelve un arma de doble filo, porque puede ser nuestro aliciente y nuestro motivo para crear y podemos verdaderamente conocer el paraíso en la tierra, cuando tenemos la fortuna de enamorarnos perdidamente de un ser y ese amor es recíproco, porque entonces se vive “la magia del amor”, en todo su esplendor y fuerza.

Pero también, puede ser lo contrario, porque cuando la musa cambia su interés por nosotros, enfocándolo en alguien más, esa magia se convierte en tormento y entonces se sufre y mucho. 

¿Será entonces que el arte de amar consista en lograr amar sin apego, o en amar más a la vida y sobre todo a nuestra vida, para disfrutar cuando se da esa magia, pero sin morir de tristeza cuando desaparezca?

Quizás debamos aprender a vivir esa magia, sabiendo que será momentánea y disfrutarla a tope, mientras dure, porque la creatividad del artista, no puede depender tan solo de la musa, porque al parecer el amor, no se mantiene siempre de la misma forma y seguro se va a transformar, de una manera o de otra.

No me queda más que agradecer a mi amigo Gerardo por este espacio, y no solamente por haberlo disfrutado enormemente, sino porque, antes de ello, no me había puesto jamás a profundizar en la importancia de las musas en la vida del artista. Y en otras analogías alrededor de ello. 

Este tipo de espacios son un oasis para nosotros, nos llevan a pasear a través de su narrativa y nos brindan conceptos que, forzosamente nos hacen no sólo reflexionar, sino como él bien dice, nos llevan a “Mirar-nos con Ojos Ajenos”. 

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