Hay mucha gente que colecciona cosas y yo me pregunto cómo y cuándo es que las disfruta más. ¿Cuándo están a solas con ellas? ¿Cuándo las muestran a sus amigos? ¿O quizás cuando se las muestran a otro coleccionista que aprecie dichos bienes, aunque no los ligue más que la misma afición?

No tengo nada en contra de los coleccionistas. Es sólo que, conforme creo entender un poco más, me parece que las cosas materiales van tomando otro valor muy distinto al que solemos darles. »» Continua leyendo “Encuentros”

La alegría de ser un eterno aprendiz

Mi abuelo materno fue alguien muy importante en mi vida, y murió cuando yo tenía 15 años. Él me heredó su biblioteca y es posible que lo haya hecho porque siempre le dije que quería ser abogado, como él. Muchos años después me di cuenta de que estudié leyes más por la influencia que ejercía en mí y por la admiración que le tenía, que por la carrera misma.

En una ocasión, al acomodar unos libros, me encontré una credencial de la UNAM en la que mi abuelo se había inscrito a un curso de doctorado. Lo que realmente me llamó la atención es que lo había hecho a la edad de 74 años. Una vez más mi abuelo me sorprendía y me daba una enseñanza digna de tomar como ejemplo. »» Continua leyendo [lang_es]La alegría de ser un eterno aprendiz[/lang_es][lang_en]The joy of being an eternal apprentice[/lang_en]

Es curioso cómo, a sabiendas de que hay ciertos elementos que en verdad nos afectan, no luchamos contra ellos de una manera consistente, o, mejor aún, de plano intentamos erradicarlos de nuestra vida.

La prisa está señalada como uno de los grandes males de nuestro tiempo y quizás uno de los factores que más estrés añade a nuestra vida; sin embargo, no estoy seguro de que la mayoría de la gente esté tan consciente, sobre todo, de dos cosas relevantes: por un lado del daño que genera, y por el otro, no menos grave, de la facilidad con la que caemos en sus garras. »» Continua leyendo Desechar la prisa de nuestra vida

El 17 de febrero pasado, temprano en la mañana se fue Don Pepe Lavín. Me avisaron que se sentía muy mal y que estaba débil, cuando llegamos con la ambulancia de emergencia ya no había nada que hacer Don Pepe se había marchado.

Apenas el día anterior habíamos platicado de lo feliz y tranquilo que se sentía de haberse acercado de alguna manera a Dios a través de su hija Pilar, qué había asistido el domingo al templo y que se sentía en paz. »» Continua leyendo Se fue Don Pepe

Cuando yo era niño había una serie llamada El llanero solitario, el cual no era tan solitario, ya que siempre andaba con su fiel amigo Toro, un indio que le acompañaba haciendo el bien.

Este individuo al que nombraban el enmascarado de plata montaba un caballo tordillo platino (blanco) y usaba balas de plata en su pistola, lo cual lo distinguía de cualquier otra persona. »» Continua leyendo No hay bala de plata

En alguna ocasión leí algo sobre José Luis Martín Descalzo, que hacía alusión a que todos los padres son adoptivos y él sustentaba que la verdadera paternidad prácticamente era una decisión, que una persona tomaba en algún determinado momento de su vida, en la interacción con otra persona, que el hecho de ser padre biológico o no serlo, era una situación que no tenía mayor importancia y de hecho yo estoy en gran parte de acuerdo con él. »» Continua leyendo La paternidad es una decisión

En una ocasión un amigo me invitó a escuchar una conferencia del Dalai Lama a la cual asistí con gran ilusión y mayor expectativa recuerdo que una de las cosas que más me impactó de la conferencia, fue un comentario que hizo sobre una de las causas del sufrimiento, cuando comentó: “Vivir en la dualidad implica sufrir”.

Posteriormente hizo una referencia a la “Dualidad” y a manera casi de definición mencionó “La dualidad es elegir sin renunciar”. »» Continua leyendo Vivir en la dualidad