Creo que parte de la enfermedad del mundo del ser es el no lograr esa paz o libertad interior para fluir sin sentirse perdido al no tener puntos de referencia.

El ser humano siempre está en la búsqueda de referencias, ya que ello le da seguridad, aunque eso, como todo en la vida, tiene su parte buena y su parte no tan buena.

Si lo analizamos un poco más a profundidad, esas referencias que nos dan la seguridad son, de alguna manera, también límites, y lo grande es que son límites que nos autoimponemos. Conforme ganamos confianza nosotros mismos vamos ampliando esos límites.

La pregunta sería: ¿Cómo nos sentiríamos si de repente desaparecieran dichos límites por completo? ¿Podríamos acostumbrarnos a vivir sin ellos? No es lo mismo nadar en una alberca que en la playa y no es lo mismo nadar en la playa que tirarnos a nadar en mar abierto a kilómetros de la costa.

Alguien me comentó que en el desierto de Baja California había unos lugares sensacionales, unos verdaderos oasis a medio desierto, con aguas termales pozas de diferentes dimensiones y palmeras sensacionales donde puede uno acampar haciendo una experiencia maravillosa, pero que para llegar hasta ahí en auto se recorre un trayecto de más de dos horas a través del desierto, no hay camino.

Quiere decir lo anterior, que pueden ir 20 autos en línea, uno al lado del otro y viajar varias horas por el desierto, sin un camino que seguir. Obviamente se requiere ir con un guía, mismo que hace de referencia. Pero imaginemos ese trayecto viajando solos, sin guía.

A los pocos minutos comenzaríamos a dudar y a entrar en pánico por el temor de perdernos en el desierto. Es por ello que requerimos las referencias, una carretera nos daría la seguridad de que vamos bien, que vamos en el camino y que llegaremos a algún lado.

Por eso, no dejo de cuestionarme si algún día podríamos simplemente fluir por el mundo sin referencias. Cuando observo alguna persona que ha logrado retirarse en la abundancia y no logra fluir; cuando veo que requieren de referencias como un negocio ó un trabajo para sentirse seguros, los cuales, vistos desde un peldaño superior en la escala de desarrollo humano bien podrían parecernos anclas ó lastres en lugar de apoyos, es cuando me cuestiono ¿Qué tan libres podemos llegar a ser?

Y cuando pienso en fluir en el mundo me imagino el concepto de “ser libre”, y, para lograrlo, quizás se requiere crecer lo suficiente para prescindir de los límites. Bertrand Rusell lo expresa con mucha claridad: “La disciplina externa es el único camino que pueden seguir hacia la felicidad esos infortunados, cuya absorción en sí mismos es demasiado profunda para que pueda curarse de otro modo”.

Esto me lleva también a la reflexión de, si quizás vivir en pareja no sea también parte de esa necesidad. Cuando reflexiono si es que esa necesidad que siento y he atribuido siempre a un romanticismo exacerbado no sea más que el temor y la incapacidad de poder estar con uno mismo en paz, en verdad me inquieta.

En una ocasión un amigo querido me dijo: “A mí se me hace que nunca has estado en el aire. Eres como Tarzán: Más tardas en soltar una liana, cuando ya estás asiéndote de otra… Para estar en el aire, se requiere mucho valor”. Ya lo creo que se requiere valor, espero algún día poder descifrar esa incógnita.

Con esto no quiere decir que tener un trabajo, un negocio ó una pareja sea malo. Lo malo es supeditar nuestra vida a ello y pensar que requerimos de ello para estar bien.

Quizás un poco de dientes para afuera ó utópicamente todos queremos derribar los límites y lograr la independencia y la libertad, pero quién sabe si tuviésemos realmente la oportunidad de quitar todos los límites si optáramos por tomar la alternativa.

Lo que me queda claro es que todo ello forma parte de este aprendizaje que se llama “vivir”.

 

Just Flow

I think that part of the illness of the world of being is not being able to achieve that inner peace or freedom to flow without feeling lost due to not having any reference points.

Human beings are always looking for references, as this gives us security, although this, like everything else in life, has its good points and its not-so-good points.

If we analyze it in a bit more depth, these references that give use security are, in some way, also limits, and the great thing is that they are limits we impose on ourselves. As we gain confidence we extend those limits ourselves.

The question would be: How would we feel if such limits suddenly disappeared completely? Could we get used to living without them? It’s not the same swimming in a swimming pool as swimming at the beach and it’s not the same thing swimming at the beach as swimming in the open sea, miles from the coast.

Someone once told me that in the Baja California desert there were some sensational places, real oasis in the middle of the desert, with thermal springs, pools of different sizes and amazing palm trees where you can camp out, living a marvelous experience, but to get there by car, you have to travel across the desert for more than two hours, off road.

This means that 20 cars can travel in a line, one next to the other, ad travel for several hours through the desert, without a road to follow. Obviously you have to go with a guide, who provides the reference. But let’s image that journey, traveling alone, without a guide.

After a few minutes, we would start to doubt and enter into panic due to the fear of getting lost in the desert. That’s why we need references; a road would give us the security that we are heading in the right direction, that we are on the right road and that we will reach somewhere.

That’s why I never stop asking myself whether one day we could simply flow around the world without references. When I see someone who has been able to retire in abundance and who can’t flow; when I see that they need references such as a business or job to feel secure, which, from a higher rung on the stairway of human development could easily look like anchors or ballast instead of supports, that’s when I ask myself, How free could we ever become?
And when I think of flowing in the world, I imagine the concept of “being free”, and to achieve this, may require growing enough to do without limits. Bertrand Russell expresses it very clearly: “External discipline is the only road to happiness for those unfortunates whose self-absorption is too profound to be cured in any other way”.

This also leads me to the reflection of whether, maybe living as a couple is not part of this need as well. When I think whether it is that need I feel and which I have always attributed to exacerbated romanticism, it is nothing more than the fear and inability to be able to be at peace with myself, which really disturbs me.

On one occasion, a dear friend told me: “I reckon that you have never been in the air. You’re like Tarzan: As soon as you let go of one vine, you’re holding onto another… Being in the air requires great courage”. I think that courage is needed, and I hope one day to be able to decipher that mystery.

This doesn’t mean that having a job, a business or a couple is a bad thing. What’s bad is to subordinate our life to it and think that we need it to be alright.

We may all want to take down these limits, in a utopian manner or slightly tongue-in-cheek, and achieve independence and freedom, but who knows if we would ever have the chance to remove all the limits if we were to choose the alternative.

What is clear to me is that al of this forms part of the learning we call “life”.