Hay quien dice que la forma hace el fondo y yo francamente no estoy de acuerdo. Yo, no es que diga que la forma no sea importante, por supuesto que siempre hay que cuidar las formas y cuando el fondo no tiene mucha importancia y la forma se descuida, se justifica más defenderla.
Siempre me ha gustado profundizar, me parece que hacerlo, siempre es un ejercicio interesante y conlleva un aprendizaje. Por otra parte, aunque soy un enamorado de la calidad, y me gustan las cosas bien hechas, estoy convencido, que el fondo jamás debe ser sacrificado por la forma.
En aspectos legales desafortunadamente nuestro poder judicial ha caído en lo que coloquialmente se le llama ser más papista que el Papa. Y le han dado tal peso a la forma que a veces ésta prevalece sobre el fondo o peor aún, se ha utilizado la forma como pretexto para eludir resolver adecuadamente el fondo.
A raíz del caso Florence Cassez, Luis Pasos escribió una reflexión que llamó: «La ley contra la justicia», en donde señala claramente la problemática.
Pasos se refiere a ello de la siguiente manera: «El fariseísmo jurídico o doctrinalmente lo podemos ubicar como un kelsenianismo radical, es decir, yo me concreto a cumplir con las formas de la ley».
Luis Pasos expone con claridad:
«Esa posición de muchos juzgadores nos lleva a preguntarnos si la falla está en los ministerios públicos que no consignan correctamente, por no reunir
pruebas suficientes para sustentar una acusación, o en algunos jueces que no les preocupa el fondo del asunto solo ven las formas.
Es necesario capacitar y fortalecer más a los ministerios públicos, muchos de los cuales poco hacen por integrar consignaciones bien fundamentadas, claves
para que los jueces puedan hacer justicia y no solo formalmente cumplir con la ley.
Hay casos en que los jueces investigan, desechan y piden pruebas, como el de Florence Cassez, pero en muchos otros toman la cómoda posición, muchas
veces por motivos políticos o económicos, de desechar consignaciones o declarar inocentes a criminales a todas luces culpables, por supuesta falta de
pruebas o violaciones secundarias al procedimiento.
Estamos a favor de un sistema de legalidad y de observancia de la ley, pero cuando criminales y corruptos utilizan la misma ley para evadir sus crímenes,
algo anda mal en nuestro sistema de impartición de justicia.
Es necesario fortalecer a los ministerios públicos, no sólo con mayores sueldos, sino con mejores instrumentos y leyes para que hagan mejor su chamba y
cambiar las reglas del Poder Judicial para que algunos de sus miembros no pongan como excusa el incumplimiento a formalidades de la ley para permitir
que se cometan injusticias, por poner la forma por arriba del fondo».
Yo añadiría que cuando se trata de aspectos tan delicados como los Derechos o Garantías Individuales plasmadas en la constitución las que se violan, la cosa se torna más grave y si las personas que imparten justicia se escudan en hacer que la ley se cumpla en aspectos procesales, olvidándose de la importancia del fondo, simplemente me parece aberrante.
Dice Bernard Shaw que: «Cuando un idiota hace algo que está mal, siempre dice que cumple con su deber». Y me parece que la aberración, estriba en defender el punto de que están para hacer justicia, porque el proceso debe ser impecable, olvidándose de que están faltando a lo que es verdaderamente importante: hacer justicia en lo fundamental.
A mí no me consta que esa mujer haya hecho lo que hizo, pero si el testimonio de varias personas que fueron mutiladas y torturadas por ella, no es suficiente, ¿que se requiere entonces para que se haga justicia?.
Me parece que el tema tristemente se reduce a dinero e intereses y eso no deja bien parado a México. Si un secuestrador sale libre por ese tipo de situaciones, así fuese miembro de la realeza europea o hijo de un mandatario de otro país, debería recaer sobre él todo el peso de la ley, de otra manera, ¿donde están nuestros valores?.
Me parece triste que haya abogados que con tal de obtener jugosos honorarios tengan la piel tan gruesa como para no comprender el dolor que sufrió tanta gente a manos de la Cassez y sirvan como medio para liberar a una secuestradora.
Ojalá que el Presidente de la suprema corte de justicia y los tres magistrados que votaron por liberarla, en verdad la crean inocente, de lo contrario que triste es para México pensar que aquellos que se supone, son la élite de nuestro sistema de justicia y que por ningún motivo debiesen tener un precio, puedan ser o comprados o permitan ser influenciados por cualquier otro medio. Y ojalá que nunca sufran en carne propia lo que pasaron las víctimas y sus familiares, porque si eso les ocurriera, ya parece que dejarían salir a la francesa porque hubo fallas en el proceso.
Y esa mujer, podrá haber evadido a la justicia mexicana, pero jamás podrá evitar los remordimientos que tarde o temprano se agolparán en su cabeza, porque seguro que tiene una alma y algún día surgirá a la luz.
Brillante y cristalina exposición.