Ayer la misa de entrega se cenizas de mi madre fue un exceso emocional… un
agradecimiento a la vida. Tanta gente que la quería vistiendo de azul turquesa, pero
sobre todo el amor, el apoyo y las lágrimas desde el alma de mi amada Tanya, de mis
hijas adoradas Mariana y Ximena, que me abrazaron y acompañaron durante la
despedida oficial de Teté, me hicieron derramar algunas que siento muy sanas.
Hoy desperté antes de que sonara el despertador, escribí en la red un pensamiento que
me compartió mi esposa. De pronto, apareció en el umbral de mi habitación Natalia –mi
hija de cuatro años que nació el 26 de enero, el mismo día que mi madre– entreabrió la
puerta y se quedó callada observándome. Le dije: “hola princesa”. En vez de acercarse y
subir a la cama o decirme algo, cualquier cosa, se quedó ahí, parada, mirándome con una
expresión indescriptible, como advirtiéndome que debía poner atención a lo que venía.
Le llamé “ven princesa”, y, abriendo la sábana, la invité a recostarse conmigo. Se
acurrucó en mi pecho y levantó varias veces la mirada para regalarme una sonrisa, lo
cual no es nada habitual. Le dije: “te amo preciosa”, y entonces ocurrió la magia.
Siempre que le digo: “te amo”, se limita a sonreír o a decirme, a veces…“Papi: ¿por qué
siempre me dices eso?”. Sorprendentemente en ésta ocasión, la respuesta fue la misma
que siempre me daba mi madre cuando le decía que la amaba: “Yo más”. Y volvió a
mirarme con esa mirada indescifrable.
Mi madre ya me había advertido que en ella iba a observar muchas cosas que me la
recordarían cuando se fuera; pero no pensé que de una manera tan extraordinaria y tan
pronto después de su partida. Era como si mi madre la aconsejara en su interior.
Me pidió ponerle una película en el cuarto de televisión, explicándome que se había
quedado a la mitad la noche anterior, pero que no quería despertar a su mamá. Así que
me fui con ella, le puse su película y fue cuando encontré un mensaje de una amiga que
me envió un regalo: el video de una hermosa canción que me ayudó a liberar lágrimas
atrapadas, que como dice la misma: “me descansaron la pena, hasta la próxima vez y me
recordaron que sólo se trata de vivir”.
Aquí, la letra de la canción de Litto Nebbio, que interpretan a duo Mercedes Sosa y el
propio autor:
“Dicen que viajando, se fortalece el corazón…
Pues andar nuevos caminos, te hace olvidar el anterior.
Ojalá que eso pronto suceda…
Así podrá descansar mi pena hasta la próxima vez.
Y si encuentras una paloma herida, que te cuenta su poesía de haber
amado y quebrantado otra ilusión…
Seguro que al rato estará volando, inventando otra esperanza para volver a vivir.
Creo que nadie puede dar una respuesta, ni decir qué puerta hay que tocar.
Creo que a pesar de tanta melancolía, tanta pena y tanta herida, solo se trata de vivir.
En mi alma hay una fecha vacía, es la del día que dijiste que tenias que partir.
Debes andar por nuevos caminos, para descansar la pena hasta la próxima vez.
Seguro que al rato estarás amando, inventando otra esperanza, para volver a vivir”.
Y en verdad creo que…“sólo se trata de vivir”.
PRECIOSO, ESENCIA PURA..EQUILIBRIO.MISTERIO…INTRIGA..Y SOBRE TODAS LAS COSAS AMOR!!
Ánimo, tu madre vive en ti y en todos tus descendientes. Esta es una de las formas de conseguir la inmortalidad. Otra, según el Dalai Lama, compartiendo nuestros conocimientos con los otros. Amigo, por mucho que intentemos evitarlo, to y yo ya somos inmortales.
Saludos
Gracias Toni, así lo veo, creo en la Vida y en la totalidad del bien,
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