Tener conocimiento nos sirve si lo sabemos utilizar; inclusive hay personas que pueden tener doctorados y conocer ampliamente un sin fin de temas, mas eso no los define como persona.
Podemos tener éxito en lo que hacemos y nos dará satisfacción; pero tampoco nos define como personas.
Tener dinero puede ser útil y, si lo sabemos emplear, darnos un nivel de vida muy agradable; no obstante, tener todo el oro del mundo no nos define como personas.
Podemos tener una gran pareja, que puede sernos fiel o no, que puede amarnos mucho o poco y eso sigue sin definirnos como personas.
Podemos tener hermosos hijos que pueden amarnos y admirarnos mucho o poco, lo cual nos dará también alimento para el alma, pero eso, tampoco nos define en la vida.
Podemos tener una buena posición, un buen nombre y reconocimiento, ya sea de la sociedad, del medio en que nos desenvolvemos, o de nuestros familiares y amigos, lo cual puede ser muy agradable y halagar nuestro ego, mas eso tampoco nos define.
Los recursos intelectuales que hayamos desarrollado, nos ayudarán a entender mejor y a seguir avanzando. Podemos tener recursos emocionales que hayamos forjado a través de nuestro caminar por la vida, lo cual nos ayudará en gran medida a ser felices o a evitar el sufrimiento a raíz de las circunstancias que se nos presenten.
Entonces, ¿qué es lo que realmente nos define?
Lo que en verdad nos define como personas y como seres humanos, es:
Nuestra “actitud hacia la vida”, la forma como tomamos todo aquello que nos sucede y asumimos nuestra responsabilidad como consecuencia de nuestros actos y también de los actos de otros, sin sentirnos víctimas de las circunstancias.
El “poder de resiliencia” que hayamos desarrollado a través de las vicisitudes y obstáculos… La fortaleza para levantarnos una y otra vez después de las caídas.
El “amor que sintamos y expresemos” a nuestro alrededor, lo cual será parte del legado que dejemos a nuestro paso por la vida.
Porque, al final, no importará cuantos bienes dejemos, lo que importará es cuántas almas tocamos para bien y con qué profundidad. Y, por supuesto, el ejemplo que hayamos reflejado para que las personas en las que hayamos influido sean más felices y hagan un mundo mejor, gracias a su interacción con nosotros.
Eso, es lo que nos define.
Gracias por este valiosísimo y excelente documento que compartes.
Al final de cuentas lo que importa no es lo comprado sino lo construido, no lo que tienes sino lo que compartes. I. Novo.
Gracia Juan José,