Hace algunas semanas publiqué una reflexión en la que mencionaba que en mi opinión. Miguel Herrera no era el líder adecuado para dirigir al equipo representativo de México en el mundial de futbol de Brasil, hoy lo sigo creyendo.
Cualquiera diría que los resultados lo avalan y tendrían cierta razón, ya que estamos acostumbrados en México a que llegar al cuarto partido(pasar a Octavos de final) es ya un resultado decoroso, lo cual para mí, no lo es.
Si bien esperaba que no ganáramos un sólo partido, me parece que la suerte acompañó al equipo mexicano y los astros se alinearon para que hubiésemos llegado mucho, pero mucho más lejos de lo que llegamos.
En términos de futbol, la gente habla de las grandes sorpresas, para mí al ver los juegos fue evidente cuales equipos se prepararon más que otros, cuales traían una estrategia clara y aquellos que salieron a improvisar como el caso de México y Brasil y los resultados no se dejaron esperar.
También la suerte jugo su papel y a eso de cierta manera atribuyo que México pasara a la siguiente ronda y que hoy Argentina, vaya a disputar la final con Alemania, porque si por preparación, estrategia y liderazgo se tratara, Holanda hubiese obtenido el pase. Aunque los recursos futbolísticos y el liderazgo de un individuo dentro del terreno de juego por parte de Argentina, inclinaron la balanza a su favor y por supuesto que no me refiero a Messi, quien a quedado a deber todo en éste mundial, sino a Javier Mascherano quien se echó a cuestas al equipo y ha demostrado que es un gran líder.
Para cuando se publique éste artículo, la final se habrá jugado y si los dioses del futbol y la suerte no influyen demasiado, la lógica es que Alemania se lleve el trofeo a tierras teutonas, acabando con eso de que Europa para los europeos y America para los americanos. Pero aquí lo que es de admirar es el liderazgo, la organización y la estrategia del entrenador alemán y por ello aspiro a que alguien con más calidad y clase dirija a nuestro seleccionado y dejemos que los líderes de telenovela barata dirijan a los equipos locales, propiedad de televisoras y empresarios que privilegian el drama a tener un representativo con clase y seriedad, que no de mejores satisfacciones.
Pero fuera del futbol, las enseñanzas mas significativas son de otro tipo y me parece que es hora de que demos importancia a lo que verdaderamente la tiene y nos ocupemos pro-activamente de aquello que debiese mantener nuestra atención.
En México mientras el mundial roba todo nuestra atención se aprueban reformas estructurales que tendrán importantes repercusiones en diversas materias como comunicación, energía y otros, sin que nadie haga el menor aspaviento por ello.
En la ciudad de México seguimos sufriendo los embates de la pésima administración y planeación de Mancera y sus secuaces con sus obras con las que se hacen millonarios y sus mal planeadas imposiciones de parquímetros, programas de «no circula» y demás aspectos que carecen de congruencia e inteligencia.
Que conste que no estoy en contra de los parquímetros, de un buen programa de control vehicular o de obras de mejora, pero es increíble la mala planeación de las mismas y que asfixien al grado del estrangulamiento a zonas como Polanco, por la falta de planeación y por transformar vías en las que antes se podía circular en tres carriles, en vías de un sólo carril de circulación, debido a la ambición desmedida por obtener dinero, que se evidencia al pintar zonas de parquímetros de ambos lados de la calle.
Vale también la observación de que soy un fiel creyente de que una sociedad civilizada no aquella en que la las familias pobres tienen auto, sino aquella en la que los ricos usan el transporte público.
Y para concluir con la reflexión,me parece que nos hubiese resultado más provechoso un fracaso rotundo y que no se hubiese logrado el mediocre resultado que se obtuvo, porque se hubiese evidenciado la mala planeación y como se privilegian dentro de nuestro futbol los intereses económicos.
Al igual que a Brasil le hará mejor el resultado de la paliza que le propinó Alemania despachándolo de la justa deportiva a que hubiese sido campeón, ayudado por la FIFA con un equipo mediocre y mal estructurado y siguiera el pueblo brasileño en el sueño de opio, pensando que son los reyes del mundo por ser campeones de futbol, mientras se sigue muriendo de hambre la gente y se hacen mayores las diferencias entre las clases sociales.
Hoy la realidad es que le salió mal a su presidenta la tirada y hoy la gente estará aún más inconforme de que se hayan dilapidado billones de dólares en estadios que se habrán usado para tres juegos y se quedarán como uno de los más evidentes monumentos a la estupidez humana, cuando pudieron haber sido invertidos en obra social tan necesaria.
Pero es hora de que tanto brasileños, como mexicanos despertemos del marasmo en el que nos encontramos y dejemos de tolerar gobernantes corruptos que se enriquecen descaradamente, mientras, nos dan «Pan y circo» a sus mandatarios (al menos según lo que significa la palabra «Democracia»).
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Saludos Carlos. No conocía tu página de reflexiones pero me parece magnífica.
Felicitaciones y ojalá nos veamos pronto.
Joaquín de la Cueva
Gracias Joaquín. Saludos